Primera manifestación por la libertad sexual

Esta foto de la primera manifestación por la libertad sexual tuvo lugar en 1977 en Barcelona, donde salieron a las calles más de 5.000 personas, aunque la Ley de Peligrosidad Social todavía estaba vigente. En un año proliferaron colectivos en diferentes territorios: en Galicia, en el País Vasco, en Madrid, en Murcia, en Catalunya, en Andalucía…

Este acto fue un hito histórico, realizado en plena Transición para exigir la abolición de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la despenalización de la homosexualidad

26 de junio de 1977: El día que Barcelona salió del armario y desafió al miedo

La fecha del 26 de junio de 1977 está grabada en la historia de España como el momento inaugural de la lucha pública por los derechos LGTBIQ+. En un país que apenas comenzaba a respirar aires de democracia tras cuatro décadas de dictadura, Barcelona se convirtió en el escenario de la primera manifestación por la libertad sexual del Estado español.

Un contexto de cambio y represión

La manifestación se produjo en un momento crucial: apenas dos semanas después de las primeras elecciones democráticas de España desde la Guerra Civil. El país vivía una transición política, pero las leyes represivas del franquismo seguían vigentes. La principal diana de las reivindicaciones era la infame Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, que, aunque suavizada respecto a su predecesora, la Ley de Vagos y Maleantes, todavía criminalizaba y permitía el internamiento de personas homosexuales y transexuales en centros de "rehabilitación". El colectivo vivía en la clandestinidad y el miedo a la represión policial era una constante.

La convocatoria y los protagonistas

La movilización fue convocada por el Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), fundado en 1976 como una de las primeras organizaciones LGTBIQ+ del país, aún en la ilegalidad. A la marcha se unieron también otros colectivos y partidos de izquierda.

Un hecho simbólico y valiente fue que la manifestación estuvo encabezada por un grupo de mujeres transexuales y travestis, que se situaron en primera línea, desafiando las normas sociales y policiales de la época y ofreciendo una imagen de gran visibilidad.

El recorrido de las Ramblas y el lema

Cerca de 4.000 a 5.000 personas se congregaron en las Atarazanas (Drassanes) y marcharon por las emblemáticas Ramblas de Barcelona. El ambiente era una mezcla de alegría, reivindicación y una tensión palpable. La pancarta principal del FAGC proclamaba un mensaje de empoderamiento y desafío: "Nosaltres no tenim por, nosaltres som" (Nosotros no tenemos miedo, nosotros somos).

Los manifestantes coreaban consignas por la derogación de la Ley de Peligrosidad Social y la amnistía para los presos homosexuales, en un acto que buscaba llevar la esfera privada y clandestina a la pública. Banderas rojas, anarquistas y catalanistas acompañaron la marcha, reflejando el contexto social y político más amplio de la transición.

La represión y el legado

La marcha transcurrió con relativa normalidad hasta llegar cerca de la Plaza de Cataluña. Fue entonces cuando la Policía Armada (los "grises") intervino de forma violenta, cargando contra los asistentes. Hubo heridos y detenidos, y la brutalidad policial quedó documentada en fotografías y testimonios que se convertirían en símbolos de la lucha. La represión, lejos de acallar el movimiento, sirvió para reafirmar la necesidad de la lucha por los derechos.
Aquel 26 de junio de 1977 marcó un antes y un después. Sacó la homosexualidad y la transexualidad de la clandestinidad y la situó en el debate público. Fue el germen del movimiento del Orgullo LGTBIQ+ en España, que con los años pasaría de ser una protesta valiente y arriesgada a una celebración masiva y festiva, aunque siempre con un componente de reivindicación de los derechos humanos.